Cuando tenía 12 años mi familia alojó a Anouck, que era una estudiante de Bélgica, y hoy es una gran amiga. Desde ese momento, mi vida estuvo relacionada con los intercambios culturales y con personas de diversas partes del planeta. Tengo la suerte de trabajar en WEP desde los 17 años y, ya cerca de los 40, guardo un compromiso profundamente emotivo con las experiencias que viven las familias y los estudiantes. ¿Mi hobby? Leer e imaginar otros mundos posibles.